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Pautas dietéticas generales para una buena LACTANCIA MATERNA

La alimentación de nuestros hijos es el punto clave para que crezcan saludables y desarrollen su potencial óptimo físico e intelectual. En los primeros meses de vida la lactancia materna aporta todos los requerimientos del niño, por eso es el mejor recurso para alimentarle.

Esta leche adapta su composición según la etapa y a demanda del bebé pasando de calostro (leche inmadura durante los primeros días), por leche de transición (hasta la tercera semana), y finalmente a leche madura (con la composición adecuada) que se seguirá produciendo hasta el momento del destete.

La lactancia tiene muchísimas ventajas, tanto para el niño como para la madre. Para el bebé:

  • Supone un alimento nutricionalmente superior a cualquier leche de fórmula

  • Es bacteriológicamente más segura

  • Contiene factores de crecimiento e inmunológico necesarios

  • Reduce la prevalencia de obesidad y otras enfermedades

  • Promueve el desarrollo mandibular y dental

  • Tiene beneficios psicológicos al favorecer la relación madre-hijo

Y también para la madre:

  • Reduce la hemorragia postparto

  • Ayuda a la recuperación temprana del útero

  • Produce amenorrea transitoria (perdida de menstruación)

  • Previene el cáncer de mama y útero

  • Favorece la recuperación del peso previo al embarazo

  • Supone un refuerzo de los lazos afectivos entre la madre y el bebé

  • Y no tiene coste económico

Aunque muchas mujeres optan por dar leche de fórmula, todos los profesionales de la salud recomendamos la lactancia materna. Bien es cierto que actualmente los ritmos de trabajo u otras circunstancias nos impiden que esto ocurra, pero debemos sopesar esta decisión, buscar alternativas y consultar con un profesional la situación.

La composición de la leche materna será siempre la mejor que el organismo de la madre pueda ofrecer, priorizando siempre lo mejor para el bebé. Y para que la salud de ambos se encuentre en las mejores condiciones debemos seguir estas pautas generalistas (aunque lo mejor en esta situación es consultar y hacer un seguimiento por un nutricionista profesional que te guiará en el proceso):

  • Evitar deficiencias nutricionales que pongan en riesgo la producción correcta de leche (No deben seguirse dietas de adelgazamiento en este periodo. Ya recobraremos el peso adecuado poco a poco)

  • Debemos llevar un plan dietético con una alta densidad nutricional (Alimentos con muchos nutrientes: vitaminas, minerales...)

  • Seguir una dieta equilibrada y variada incluyendo alimentos de todos los grupos. Aumentando el consumo de lácteos a 4-5 raciones por día (algunas de estas raciones en forma de yogures o leches fermentadas)

  • Aumentar el consumo de pescados con el fin de que los ácidos grasos omega-3 que son muy saludables para el bebé enriquezcan la leche materna (ya que ésta varia en función de los alimentos que consume la madre)

  • Se aconseja tomar entre 7 y 8 raciones al día de cereales y legumbres (al menos 3 raciones de legumbres a la semana). 3 raciones de fruta/día y al menos 4-5 raciones de verdura/día.

  • Aumentar el consumo de líquidos en torno a los 3'5 litros al día para conseguir una óptima producción de leche.

  • Queda totalmente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas ya que es una sustancia que traspasa por la leche y el recién nacido tiene una capacidad muy limitada para oxidar el alcohol

  • Puedes tomar cafeína hasta 4 raciones/día siempre y cuando no le cause irritación al bebé. Esto va un poco en la sensibilidad de cada uno. Algunos bebés toleran menos estas sustancias provocando irritabilidad o insomnio y tendremos que valorarlo observando la reacción

  • Prohibido fumar. La cantidad de nicotina excretada en la leche va en función de los cigarrillos consumidos. Ésta produce irritabilidad y puede causar problemas en el bebé. Debemos ser responsables y aceptar las normas cuando decidimos tener un hijo. Además productos como la nicotina causan modificaciones en las características organolépticas de la leche materna, pudiendo generar olor o sabor desagradables y siendo esta la causa del rechazo del bebé a tomarla

  • Lo mismo ocurre con alimentos como coliflor, repollo, espárragos, cebolla, ajo, alcachofas, nabos, apio, puerro, pimientos y legumbres flatulentas... que son modificadores de la leche y pueden causar rechazo en el bebé. No es necesario eliminarlos, pero si observamos rechazo podría estar causado por el consumo de éstos y entonces sí los sustituiríamos por otros

Aunque parece que debemos tener mucho control, la mayoría de estas pautas son de sentido común. Es importante consultar a un nutricionista profesional para guiarnos en este proceso. Somos un profesional sanitario más y no sólo una figura a quien acudir cuando hay un problema. Nuestro trabajo también es prevenir.

Disfrutad mucho de esta etapa si os encontráis en ella, pues son momentos que forjan una buena relación familiar y además marcan unos hábitos y estilos de vida para toda la familia muy recomendables.

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