RECETA: Crema de guisantes
Como ya sabéis los que me seguís, siempre digo que una buena manera de llevar la línea y alimentarse bien, es cenar cremas de verduras. Son platos muy fáciles de hacer, podemos ahorrar trabajo haciéndolos para varios días, y además son muy saludables y económicos.
Pero... ¿qué más le podéis pedir?
Esta semana he preparado una receta que ya llevo poniendo a muchos de los pacientes, para que salgan de la clásica crema de calabacín, que sí, está muy buena, pero hay más verduras que nos dan un resultado buenísimo, y entre ellas, las de hoy. Y como ya está instalado el frío, no hay excusa para no cenar bien y calentito.
CREMA DE GUISANTES
1 bolsa de 500g de guisantes tiernos congelados
2 cebollas medianitas (ó 1 grande)
1 vaso de caldo de verduras (aunque esto va en gustos para darle la textura)
Pimienta blanca
Sal
AOVE
*Cantidades para 2 raciones
Nivel de dificultad: 0/10
Para hacer esta crema, lógicamente, necesitaremos una batidora o un robot de cocina. En mi caso, he optado por la opción de sofreírlo en sartén y luego batir.
Lo primero es trocear la cebolla del modo que queramos para sofreírla con una cucharada de AOVE. Si veis que le falta aceite a mitad del sofrito, podéis añadir un poco de caldito de verduras, y así la estáis cocinando igualmente, pero no añadimos calorías innecesarias al plato.
Una vez está medio sofrita la cebolla, añadimos los guisantes y dejamos que con el agua que van soltando, se tuesten un poquito junto a la cebolla y vayan integrando los sabores.
Añadimos por último el caldito de verduras, salpimentamos y dejamos como unos 10 minutos a fuego medio que cueza bien en la sartén o el cazo que estéis usando.
Y por último pasamos por la batidora hasta conseguir una textura homogénea y lo espesa que nos guste. En este paso, podéis corregir agregando más caldo si os gusta algo más líquida.
Para emplatar, yo opté por una cucharada de queso parmesano y unos taquitos de jamón serrano. Pero otra muy buena opción para equilibrar el plato podría ser un huevo escalfado con la yema crudita y quizá unos picatostes de pan tostado.
¡DELICIOSA!