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MUJER MADURA

Este fin de semana he pasado reunido un tiempo con personas que me invitaron para dar una pequeña charla de nutrición a un grupo de mujeres de edad madura. Y después de pasar algún tiempo con todas ellas, saqué varias conclusiones: Pese a que algunas de ellas tenían un ligero sobrepeso, todas estaban inmersas en el mundo de las dietas, tenían la obsesión de eliminar grasa localizada, querían ser delgadas, etc.

Por eso os escribo estas líneas.

Dentro de la reunión, algunas de ellas estaban sometidas a dieta (en concreto la disociada. Y ahora diré más sobre este timo) y TODAS miraban con "temor público" lo que comían. Digo temor público porque en realidad comían. Aunque entre quejas de que eran alimentos no muy saludables (embutidos, platos precocinados...) aunque era poca la decisión que podíamos tomar al respecto en la elección de las comidas, pues era un servicio de catering el que nos servía, todo sea dicho y no había nada más.

Bien. Me sorprendió que hasta las mujeres con el físico más delgado, se preocupaban por no coger peso. Hablo de mujeres con edad superior a los 50 años. Todas en pre-menopausia o ya retirada del todo la menstruación. Un cambio que es inevitable en la mujer y que debemos aceptar y prepararnos con naturalidad.

Adelanto que la dieta que debes seguir si estás en esta edad, es la misma que la de una persona sana y más joven. Un reparto adecuado de nutrientes, comida variada, saludable y equilibrada. Siempre salvo excepciones.

Observándolas me di cuenta como entre ellas fomentaban la presión de la belleza que tanto daño les hace luego a las niñas y no tan niñas. Todas querían estar estupendas a cada momento, si tenían que grabarlas y estaban sin maquillar, se ponían gafas de sol enormes y entre ellas recurrían a recomendarse "trucos" para estar delgadas o como posar para parecerlo. Un concepto que intenté dejar claro en la intervención que tuve: Estar delgado no es sinónimo de estar saludable. Y referente a sus trucos, es donde vi una vez más un error muy común.

Las personas que no saben de Nutrición ni de Salud se permitían la licencia de afirmar con rotundidad cuestiones como que tomar fruta después de las comidas es malo (no, no es cierto), que beber agua fría ralentizaba la digestión e incluso que era malo para la salud (tampoco es cierto: Y es más recuerdo a la persona que lo dijo en televisión hace pocas semanas y ni es nutricionista ni nada parecido pese a que se presente como tal). Y otra, que hay que cenar muy poco: una pieza de fruta y pasar hambre para estar delgada (una mentira más).

Parte de los problemas nutricionales que veo actualmente están centrados en falsos mitos como estos y otros muchos que escuché que no son ciertos y que encima difunden personas que no tienen formación ninguna sobre el tema. Lo mejor de la situación es que incluso me vi en algún momento cuestionado al rebatirles el argumento, bajo el escudo de la frase: Lo he escuchado en la televisión o lo he leído en revistas. Sin duda, mi labor es ayudar, pero la predisposición al cambio es fundamental para que éste ocurra. Cuando expreso mis conocimientos sobre nutrición no pretendo entrar a un debate perdido con personas que no desean ayuda de un nutricionista y que viven felices así. Si crees que lo haces bien y no te convence mi palabra, no te juzgo, para mí sentirse bien psicológicamente es igual de importante, y cada uno tiene su tiempo de cambio. Cuando esto pase, estaré aquí para ayudarte si lo deseas.

Volviendo al tema de las dietas, me preguntaban ¿Cuál es la mejor dieta para mí? Este tipo de pregunta a términos generales y sin evaluar nada más, sólo puede tener la siguiente respuesta: La que un profesional de la nutrición te indique; siendo ésta variada y equilibrada, y obviamente adaptada a tu condición individual.

Las mujeres que estaban haciendo la dieta disociada (separar los alimentos en grasas, hidratos de carbono y proteínas. Y no mezclarlos en la misma comida) me argumentaban que estaban muy contentas porque comían de todo pero no lo mezclaban y que habían perdido sobre los 10 kilos en 2 meses (lo adecuado es perder entre 500g y 1kg a la semana. NO MÁS. Si esto pasa, debemos reajustar la dieta). Os cuento: Esta dieta no tiene argumento científico dado que hay muy pocos alimentos que contengan solamente un macronutriente. Tendríamos que irnos a aceite para tener sólo grasa o a harinas para tener exclusivamente hidratos de carbono, algo que resulta ridículo si queremos seguir este argumento. Nuestro organismo está preparado para digerir conjuntamente los nutrientes entrelazados (la carne es considerada proteínas pero también tiene hidratos y grasas. Y así pasa con casi la totalidad de alimentos).

¿Por qué han perdido peso?

Precisamente porque prestan atención a lo que comen. No es porque lo toman por separado, sino porque resulta más fácil no pasarse comiendo sólo carne, que si además puedes picotear pan, ensaladas, frutas, embutidos, frutos secos y un largo etcétera. ¿Cuántos filetes eres capaz de comer antes de aburrirte y parar? Pues eso. Esto no quiere decir que llevar una dieta variada sea pasarse, ¡NI MUCHO MENOS! Además, todos esos alimentos que he nombrado, forman una dieta equilibrada, variada y saludable (el embutido es otro tema ¿eh?). Pero hay que tener controladas las cantidades y esto cuesta mucho trabajo cuando tenemos el hábito de no hacerlo. Así que la razón de que ellas adelgacen no es más que controlar lo que comen.

Cambiando de tema; algunas de ellas me comentaban en privado que les resultaba un inconveniente salir de casa porque dejaban de ir al baño. En el caso concreto del estreñimiento ocasional, lo mejor es moverse. Una vida sedentaria ralentiza todo nuestro cuerpo, pero además podemos hacer ejercicios abdominales, bien en la piscina o algún ejercicio leve en casa, masajes en el abdomen o similares y beber abundante agua y seguro que conseguimos solventarlo. Debemos dejar de tomar medicamentos que resuelven el estreñimiento ocasional, como veo constantemente en televisión. Si veis que persiste, visitar un médico y dejaros de laxantes, infusiones o medicinas naturales porque sigue siendo automedicación y entraña sus riesgos cuando no sabemos qué pérdidas de micronutrientes puede provocarnos. Y la otra pregunta estrella a lo largo de la jornada fue:

¿Cómo puedo eliminar la grasa localizada?

Hay que tener claro que muchas veces esos pequeños pliegues que vemos como grasa, no es más que piel. Pero en el caso de tener algún michelín, no somos nosotros los que decidimos de qué parte pierde nuestro organismo las reservas que él cree que ha acumulado correctamente. Por esta razón las personas cuando perdemos peso a veces notamos que se afinan más la cara, el pecho o os brazos, en lugar de perder las cartucheras o la barriguita. Las mujeres tienden a acumular la grasa en zonas llamadas periféricas, o localización en forma de pera: cartucheras y glúteos. Este tipo de acumulación no presenta el mismo riesgo cardiovascular que la que se acumula en el tórax o en forma de manzana y que es más propia de los hombres con barriga. La grasa visceral acumulada en el abdomen sí presenta más problemas para la salud y debemos tener más cuidado con ella. Pero la talla de más que puede darte tener una cadera algo más ancha, no es un problema de salud físico, es un problema generado socialmente y de aceptación. Puedes estar saludable y encontrarte perfectamente en normopeso teniendo un buen culete. Pese a esto, una de las asistentes que afirmaba ser macrobiótica dijo que con sus masajes sí es posible perder esa grasa por poca que sea a base de masajes de drenaje linfático (que aunque resulta un masaje terapéutico muy beneficioso para algunas situaciones, no lo veo como la solución en este caso). Como nutricionista no comparto esa visión precisamente porque he estudiado en una universidad pública y aunque entramos en debate, fue un tiempo mal invertido. Son muchas las personas que dicen tener el éxito del adelgazamiento. Pero la salud es más que eso. Come bien, haz ejercicio, descansa adecuadamente y procura divertirte. Son claves sencillas pero que tienen dificultades muchas veces para cumplirse. Si esto pasa y aun así necesitas ayuda, recurre a un profesional. Ten criterio a la hora de elegirlo y fija objetivos alcanzables y realistas. El paso de los años y los excesos pasados en la juventud tienen un precio que todos vamos a pagar. Podemos mitigar ciertas cosas, pero no somos magos.

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